CARACTERIZACIÓN DE LA EMPRESA
Presentación y Reseña
Histórica
El SENA es una institución pública colombiana
encargada de la enseñanza de programas técnicos, tecnológicos y formación
complementaria. Entidad que opera a nivel nacional.
El SENA,
actualmente cuenta con 117 centros de formación profesional en toda Colombia.
Algunos de los servicios que presta son:
·
Formación Profesional Integral (Formación
Titulada de Técnicos, Profesionales y Tecnólogos y Formación Complementaria).
·
Integración con la Educación Media Técnica.
·
Aulas móviles.
·
Programa Jóvenes Rurales y Jóvenes en Acción.
·
Formación Virtual.
·
Intermediación laboral: Servicio público
de empleo y trabajo -SPE.
·
Programa Líderes del Desarrollo.
·
Emprendimiento y Empresarismo.
·
Promoción de la Innovación, el Desarrollo
Tecnológico y el emprendimiento.
·
Banca de las Oportunidades.
·
Apoyos de Sostenimiento para los aprendices
de más bajos ingresos.
·
Fondo Emprender.
·
Unidades de Emprendimiento.
·
Programa:
Colombia Certifica,
que Evalúa y Certifica las Competencias Laborales.
·
Formación Especializada del Talento Humano
vinculado a las Empresas.
·
Administración de las Mesas Sectoriales.
·
Normalización de Competencias Labores.
La amplia cobertura de los
programas del SENA, se ha logrado, entre otras razones, gracias a la
flexibilidad que genera la inclusión de procesos de formación en ambientes
virtuales de aprendizaje (AVA) y a las alianzas con las empresas para
lograr pertinencia y anticipación a sus necesidades.
Historia
Transcurría el año 1957 cuando Rodolfo Martínez Tono se embarcó en el
sueño que se convertiría en la que sería la obra de su vida. Ese sueño,
recogía, en parte, un anhelo de las clases trabajadores, quienes algunos años
antes, a través de las organizaciones sociales constituidas en ese entonces,
como la UTC y la CTC, plantearon la necesidad de que el país contara con un
instituto de enseñanza laboral técnica, a estilo SENAI del Brasil.
En una conversación, a la orilla del lago Leman, en
Suiza, con Francis Blanchard, director de la División de Formación, de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), se planteó la posibilidad de
crear una organización descentralizada del Estado y con financiación autónoma.
El proyecto tomó forma en la mente de Martínez, quien lo expuso ante el
entonces Ministro de Trabajo, Raimundo Emiliani Román.
La iniciativa, defendida en un intenso debate ante el Consejo de
Ministros y revisada por un comité asesor, fue aprobada.
Así, el SENA nació durante el Gobierno de la Junta Militar, posterior a
la renuncia del General Gustavo Rojas Pinilla, mediante el Decreto-Ley 118, del
21 de junio de 1957.
Sus funciones, definidas en el Decreto 164 del 6 de agosto de 1957, eran
brindar formación profesional a los trabajadores, jóvenes y adultos de la
industria, el comercio, la agricultura, la minería y la ganadería.
Así mismo, su fin era proporcionar instrucción técnica al empleado,
formación acelerada para los adultos y ayudarles a los empleadores y
trabajadores a establecer un sistema nacional de aprendizaje.
Además, organizar y mantener la enseñanza teórica y práctica relacionada
con diferentes oficios; seleccionar los candidatos al aprendizaje; realizar
cursos complementarios de preparación, perfeccionamiento y adiestramiento para
trabajadores técnicos; y contribuir con el desarrollo de investigaciones
relacionadas con la organización científica, entre otras.
La entidad tripartita, en la cual participarían trabajadores,
empleadores y Gobierno, se llamó Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y
surgió en el momento indicado. La industria pretendía conquistar nuevos
mercados y necesitaba más trabajadores y mejor calificados, métodos modernos y
cambios drásticos en la productividad.
El nombre, SENA, lo escogió Martínez Tono, quien admiraba el río Sena
que cruza a París, la ciudad luz, capital de Francia, donde estudió aspectos
relacionados con la formación profesional.
Antes de cumplir 30 años, Rodolfo Martínez, convirtió su tesis de grado,
"La Formación Profesional en el Marco de una Política de Empleo", en
el SENA, institución a la cual estuvo vinculado durante 17 años, desde su
creación en 1957, hasta el cambio de dirección propuesto por el presidente
Alfonso López Michelsen en 1974.
Estaba convencido de que sin capacitación del talento humano no habría
desarrollo. Por eso aprovechó las becas de la O.I.T. para conocer las
experiencias en formación profesional acelerada implementadas en Europa después
de la Segunda Guerra Mundial y el apoyo de ese organismo con expertos que
vinieron a Colombia.
La institución que Rodolfo Martínez Tono dirigió con “mano dura” y
manteniendo a raya la politiquería, ofreció instrucción calificada al talento
humano para enfrentar los retos propios de una industria en crecimiento. Por
ello, desde el principio, su influencia fue notoria.
La naciente entidad no solo formaba técnicos, sino también empresarios y
promovía las pequeñas y medianas empresas.
LOS COMIENZOS: En 1957 Organizaciones sindicales como la Confederación
de Trabajadores de Colombia (CTC) y la Unión de Trabajadores de Colombia (UTC),
respaldaron al SENA para que cumpliera un papel fundamental en el desarrollo
del país.
Durante los primeros meses se establecieron las
estructuras seccionales en los diversos departamentos. Ese año también nacieron
las seccionales de Cundinamarca, Antioquia, Valle, Atlántico, Bolívar, Nariño,
Cauca y Magdalena.
Los departamentos restantes tuvieron sus
seccionales al siguiente año.
En 1958 se realizó una investigación, en cinco mil
empresas de todos los departamentos, excepto Chocó y Córdoba, acerca de las
necesidades de Formación Profesional. El estudio abarcó todos los sectores de
la industria y reveló que al menos 210 mil trabajadores requerían complementar
su educación y urgía la formación de 25 mil trabajadores adicionales. Con base
en esos resultados se fijó el plan quinquenal, 1959-1963.
FORTALECIMIENTO Y EXPANSION: Capacitar
al mayor número de personas era la consigna. Por ello, los instructores
visitaron comunidades marginadas en el barrio Meissen, en Bogotá y levantaron
más de 100 carpas de circos en ciudades y municipios.
En 1960 el SENA firmó convenios con la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo Especial de las Naciones Unidas, que
brindaron asesoría administrativa, financiera y técnica a los pequeños y
medianos empresarios y promovieron el crecimiento empresarial.
La OIT también asesoró al SENA en la creación del Centro
Nacional de Formación de Instructores (1959-1960). Unas 2.000 personas se
capacitaron como directivos, supervisores e instructores de formación
profesional.
Entre 1959 y 1963 el progreso fue notable. Se destacó la
seriedad en la elección de los funcionarios, que ingresaban a la entidad por
concurso.
Entre 1963 y 1964 abrieron sus puertas dos nuevos centros
para la formación de instructores agropecuarios y del sector comercio y
servicios en Gaira (Magdalena) y Bogotá, respectivamente. El centro de
formación de instructores agropecuarios fue trasladado posteriormente al Centro
Agropecuario de El Espinal (Tolima).
El SENA trabajó con adultos, veló por el agro, el
comercio y los servicios. Sin embargo, el renglón industrial era el más fuerte.
El primer centro de formación fue el Metalmecánica, en Bogotá.
Hasta 1964 la unidad operativa del SENA fue la seccional
Bogotá. Ese año funcionó el Centro Nacional de Confecciones en Pereira y en
1965 el Centro Nacional Textil de Medellín. Se proyectaron los centros
nacionales de artes gráficas, de fundición para Bogotá y el náutico pesquero
para la Costa Pacífica, que operarían entre 1968 y 1969. Otros centros
nacionales planeados y construidos, posteriormente, fueron el de hotelería y
turismo, el de mandos medios y el de construcción, en Bogotá.
Entre 1966 y 1967, el SENA realizó un estudio llamado
Investigación de Recursos Humanos para una Política Nacional de Empleo y
Formación Profesional que incluyó todos los sectores. Los resultados se
publicaron en 1968 y fueron el punto de partida para responder mejor a la
demanda de las empresas.
En la década de los sesenta los centros de formación pasaron de 31 a 50; la formación no tradicional, fuera de los centros, representó el 35% del total y se crearon los centros agropecuarios y la División Agropecuaria. De éstos, los más importantes eran La Salada, Antioquia; Gaira, Magdalena; El Espinal, Tolima y Buga, Valle.
En la década de los sesenta los centros de formación pasaron de 31 a 50; la formación no tradicional, fuera de los centros, representó el 35% del total y se crearon los centros agropecuarios y la División Agropecuaria. De éstos, los más importantes eran La Salada, Antioquia; Gaira, Magdalena; El Espinal, Tolima y Buga, Valle.
En este período el número de alumnos se incrementó 40%
cada año debido al incremento de los aportes de la empresa privada, que pasaron
de 1 a 2% con la Ley 58 de 1963, y a los mecanismos de planeación de acciones,
evaluación y control de resultados del SENA.
Vientos nuevos soplaron en la entidad. En 1968 se crearon
dos subdirecciones nacionales: la Administrativa y la de Operaciones y se
planteó la necesidad de modernizar los sistemas de formación profesional con
métodos pedagógicos y medios audiovisuales.
La institución inauguró el Centro de Control
Experimental, en Bogotá, con modernos equipos, laboratorios de control de calidad,
metrología y ensayos.
También, incursionó en la formación de técnicos medios.
El 2 de marzo de 1969 comenzaron los primeros cursos de
aprendizaje industrial, con 130 trabajadores-alumnos patrocinados por 27
empresas, en electricidad, soldadura, ebanistería, mecánica automotriz y
ajuste.
CRECIMIENTO ACELERADO: Un
año después, el 10 de abril de 1970, se puso en marcha el Programa de Promoción
Profesional Urbana y el de Promoción Profesional Popular Rural (PPPR),
inaugurado antes, recibió un impulso importante. Los programas rurales fueron
asignados a la división agropecuaria y los urbanos a la industria.
El SENA crecía a un ritmo
impresionante, pero no exento de dificultades. La situación laboral era tensa
entre 1970 y 1971. Durante el Gobierno de Carlos Lleras Restrepo el 90% de los
funcionarios del SENA fueron declarados empleados públicos y el 10% oficiales.
Por eso, en 1971 se fundó el Sindicato de Empleados Públicos (Sindesena).
Entre
1969 y 1973 se propuso atender las demandas de formación de desempleados y
subempleados en las áreas urbanas y definió nuevas políticas y perspectivas que
se hicieron efectivas en 1974.
Ese
año Rodolfo Martínez Tono, quien dirigió la entidad desde 1957, fue reemplazado
por Eduardo Gaitán Durán, nombrado por el presidente Alfonso López Michelsen.
Martínez
Tono dejó un legado invaluable. La formación era actualizada y los comités
empresariales permitían conocer, de primera mano, las exigencias del sector
privado.
Así,
la entidad alcanzó un prestigio internacional sin precedentes. Presidentes de
distintos países llegaron a Colombia para observar la experiencia del SENA.
Charles De Gaulle, de Francia, fue uno de ellos.
COBERTURA Y MODERNIZACION: Entre 1975 y 1976 el
SENA evaluó el cumplimento de objetivos del quinquenio 1970-1975 y,
paralelamente, realizó un diagnóstico de la realidad nacional para delimitar
sus acciones.
En 1977 se llevó a cabo una reestructuración
administrativa. Las metas para el período 1976-1980 fueron fijadas a corto y
mediano plazo. En esa época Colombia experimentó un crecimiento sostenido en
sectores modernos de la economía, la industria manufacturera, la agricultura
industrial, el comercio y los servicios.
En la década de los 80 El SENA implementó una
política técnico-pedagógica de educación permanente, individualizada y modular,
lo cual facilitó el desarrollo de estrategias como la constitución de empresas
y la educación a distancia.
FORMACION INTEGRAL E
INNOVACIÓN: En 1985 surgió Capacitación para la Participación Campesina
(Capaca), dirigida a líderes campesinos, indígenas y comunidades beneficiarias
de la Reforma Agraria, con el fin de que tomaran parte en el desarrollo
agropecuario.
Por una alianza con la
Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). Los campesinos recibieron
instrucción en técnicas de producción y proyectos que dieron valor agregado a
sus productos en un mercado cada vez más globalizado.
En la década de los 90 la
internacionalización de la economía incrementó la competencia empresarial. De
ahí la necesidad de expedir la Ley 119 de 1994 mediante la cual la institución
se reestructuró para brindar programas de formación profesional integral en
todas las áreas económicas. El objetivo: aumentar la productividad y el
desarrollo social y económico.
Posteriormente, en el Plan
de Desarrollo de 2003 se incluyó un artículo, por el cual Colciencias y el
Sena, a través de convenios especiales de cooperación, promoverán y fomentarán
la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico, la apropiación pública de
la ciencia, la tecnología y la innovación.
Los beneficios son
evidentes. Cada vez más centros de formación de la institución se interesan por
participar en proyectos de alianza con centros de desarrollo tecnológico y
universidades que promueven y desarrollan la innovación y el desarrollo
tecnológico regional.
RETOS DE FIN DE SIGLO: El final de siglo se
caracterizó por una nueva organización del trabajo con producción flexible. Las
empresas necesitan empleados con múltiples competencias, novedosos enfoques de
gestión y formación del recurso humano.
En respuesta, el SENA, cuya
gestión no estuvo exenta de críticas por aquella época, priorizó el
emprendimiento, el empresarismo, la innovación tecnológica, la cultura de
calidad, la normalización, la certificación de competencias laborales y el
servicio público de empleo.
En 1998 se utilizó el
servicio de videoconferencias en todo el país. Cuatro años después existían 31
puntos: cuatro en Bogotá y los demás en Medellín, Atlántico y otras regionales.
CONOCIMIENTO PARA TODOS LOS COLOMBIANOS: El
SENA Busca la capacitación técnica del recurso humano; forma personas para
vincularlas al mercado laboral, empleadas o subempleadas, y realiza actividades
de desarrollo empresarial, comunitario y tecnológico.
La oferta regular para
técnicos, tecnólogos y trabajadores especializados incluye 522 programas y
tiene 56 mesas sectoriales, conformadas por empresarios de diversos sectores de
la producción que, junto con los expertos de la institución diseñan los
programas.
Durante
estos 50 años el SENA se ha consolidado como una entidad de Formación
Profesional y extendió sus servicios a todos los municipios de Colombia
mediante alianzas estratégicas con alcaldes y gobernadores.
Actualmente,
llega a los 1099 municipios, incluso a los más alejados, con una red corporativa
de comunicaciones que comprende la Dirección General, 33 Regionales, 117
Centros de Formación Profesional y 45 aulas móviles con acceso a INTERNET, el
cual se brinda con más de 15.000 computadores conectados.
El SENA es pionero en cooperación
en América Latina. El Instituto de Formación Profesional (Infop) de Honduras,
el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap) de Guatemala, el
Instituto Nacional de Cooperación Educativa (Ince) de Venezuela, la Fundación
Nacional para la Capacitación Laboral (Infocal) de Bolivia, el Instituto
Nacional de Formación Técnica Profesional (Infotep) de República Dominicana, el
Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial (Senati) de Perú y el
Servicio Ecuatoriano de Capacitación (SECAP) de Ecuador, reciben asesoría
presencial en el desarrollo de los sistemas de formación profesional.
A TONO CON LA GLOBALIZACIÓN Y LA ERA DIGITAL:
Bajo el lema: “SENA: Conocimiento para todos los colombianos. Por medio de la
utilización intensiva de su capacidad instalada; la reorientación decidida de
las inversiones hacia los procesos de aprendizaje y del talento humano, que
constituyen la razón de ser del SENA; la dedicación exclusiva de los
instructores a los procesos de aprendizaje; la supresión de burocracia
innecesaria; el control a la construcción de edificios nuevos y la adquisición
de equipos industriales innecesarios, constituyen parte de las estrategias que
le han permitido a la entidad celebrar, completamente rediseñada, sus primeros
50 años.
El Centro Agropecuario de
Buga
Para el año de 1960, el
SENA instituyó la División Agropecuaria, encargada de planear y estructurar
acciones encaminadas a dar respuesta a las diferentes necesidades que se
presentaban en la agroindustria y en el sector agropecuario del
departamento del Valle del Cauca que, para esa época, alcanzaban un
gran desarrollo productivo.
Su sede funcionó
inicialmente en el edificio de la Beneficencia del Valle y en 1962 se trasladó
al Centro Industrial en Salómia. En 1964 se instaló en Palmira y desde allí se
realizaron los estudios para la adquisición de los terrenos necesarios para
construir la sede de un Centro Agropecuario para el Valle del Cauca.
En 1965 y después de
descartar terrenos en Palmira y Tuluá, se escogió a Buga como sede, gracias a
importantes ventajas como su posición estratégica y su activa participación
agropecuaria. Para ello se adquirió un lote de terreno de 84.6 hectáreas,
ubicado en un sector estratégico de la ciudad.
Rápidamente se adecuaron
los terrenos, se adelantaron las obras civiles y se construyó la
infraestructura necesaria para colocar en funcionamiento el centro, que fue
dotado con aulas, dormitorios, almacén, talleres, galpones, bloques para
oficinas, espacios de recreación y canchas deportivas, entre otros, con un
costo total de 15 millones de pesos.
Con la asistencia de
Carlos Alberto Lleras Restrepo, Presidente de la Republica de Colombia, fue
inaugurado el Centro Agropecuario de Buga el día 4 de noviembre de 1967.
Desde su inauguración, el
CAB adquirió prestigio gracias a la calidad de la educación ofrecida, pero fue
a raíz de la creación del Centro de Mecanización Agrícola, (Convenio FAO-SENA-MASSEY) que el Centro Agropecuario de Buga fue
reconocido a nivel internacional.
Para el año de 1971 se
ampliaron las acciones y los modos de formación, implementándose en el CAB el
programa de Comercio y Servicios que igualmente colocó al CAB a la vanguardia
de la formación profesional en el departamento del Valle del Cauca.
Paulatinamente, las empresas
de la región, especialmente los ingenios azucareros, adquirieron maquinarias
agrícolas que incluían paquetes de capacitación, mantenimiento y reparación de
las mismas, haciendo que el CAB perdiera liderazgo en esta labor que lo había
consolidado por muchos años en el sector agropecuario.
El Centro Agropecuario de
Buga hoy
Para los años 80,
considerando el potencial de desarrollo que la agroindustria tiene en la
región, el Centro Agropecuario replanteó su esquema de formación
gestando el proyecto del Complejo Piloto Agroindustrial , en donde se
construyeron plantas de procesamiento de frutas y hortalizas, lácteos,
cárnicos, panificación y un laboratorio de control de calidad de alimentos.
Actualmente se está implementando la Escuela de dulcería y confitería,
liderada por el SENA y apoyada por las grandes empresas de la región y gremios
de la producción como la ANDI y del centro del país.
Aunque el CAB se ha
posicionado en el procesamiento agroindustrial, aún continúan
desarrollándose programas innovadores en la parte agrícola, que ha modernizado
su oferta, haciendo necesaria la implementación de nuevos cursos, como el de
Agricultura de Precisión. Actualmente se encuentra en convocatoria la
consecución de equipos para el laboratorio de suelos. La pretensión en adelante
es desarrollar la agricultura orgánica en todos los aspectos para poder tener
un efecto real en toda la cadena de alimentos desde el sector primario:
alistamiento de terrenos, establecimiento de cultvos, mantenimiento de cultivo,
cosecha y postcosecha estarán encadenados en una línea limpia para finalmente
procesar, conservar y ofrecer un producto con sello verde certificado,
exigido por las normas internacionales y los TLC como requisitos en la
exportación de alimentos.
En
el área de Comercio y Servicios, el CAB continua fortaleciendo la
formación profesional en Logística, debido al TLC y lo que implica el traslado
de carga desde y hacia Buenaventura, y con la proyección futura de la
ciudad como puerto seco se espera desarrollar formación profesional en
comercio internacional. Actualmente se siguen desarrollando carreras
tecnológicas y cursos en servicios empresariales financieros, gestión
comercial, gestión empresarial, contabilidad , gestión administrativa, gestión
comercial y de servicios, análisis y diseños de Sistemas de información,
producción de multimedia, Gastronomía, Bar y mesa, mantenimiento de
computadores y administración de redes computo.
En el área de Salud
Ocupacional, el CAB ha logrado un reconocimiento nacional y se ha fortalecido
el entrenamiento de Brigadas de Seguridad Industrial. El Centro posee
dentro de sus instalaciones dos torres de 12 metros y dos torres de 25 metros para
capacitación de trabajo en alturas, construidas con todos los estándares
internacionales para la formación de las personas que requieran de esta
especialidad. Igualmente cuenta con una de las mejores pistas de obstáculos del
país.
Como apoyo al
fortalecimiento de la región, El CAB adicionó la gastronomía, una
especialización que se ha consolidado al punto de ofrecer programas
complementarios relacionados, como mesa y bar, hotelería y turismo, guía
turística, entre otros, como respuesta al incremento del turismo en la ciudad y
la zona de influencia turística del departamento.
Otro aspecto destacado
del CAB es el desarrollo de El Proyecto SENA – Empresa, un modelo
nacional consistente en la simulación de un ambiente laboral casi real,
en donde los aprendices asumen roles gerenciales, asumiendo operaciones y
tomando decisiones en dirección, planificación y adquiriendo el liderazgo
necesario para tomar en adelante grandes decisiones.
EL
CAB: Presente y futuro.
Actualmente
cerca de1400 aprendices adelantan procesos de formación profesional dentro de
las instalaciones del centro y aproximadamente otras 2000 personas lo hacen a
través de cursos dictados por los instructores del CAB en diferentes municipios
del departamento, dando así respuesta a su misión institucional y ofertando
programas acordes a las necesidades propias de la región. Al respecto, Leonardo
Tafur Calderón Subdirector del Centro Agropecuario afirmó que: “El
CAB viene demostrando que es el polo de desarrollo del centro geográfico del
Valle Cauca. Tenemos una ubicación privilegiada y cubrimos casi el 80% de todo
el territorio departamental en acciones de formación tanto tituladas como
complementarias”.
Con
una cobertura de 8500 bachilleres de 22 municipios del departamento del Valle,
inscritos en programas de articulación con la educación media, en formación
como técnicos, el Centro Agropecuario de Buga brinda la oportunidad para que
los estudiantes de 10 y 11 grados reciban su diploma como técnicos del SENA en
las especialidades que cada una de las 75 Instituciones Educativas
participantes posee. Para el 2013 se espera ampliar este programa a 24
municipios del departamento y aumentar el cupo de estudiantes a 10.000.
Así
pues, el CAB continúa un proceso constante de transformación y renovación para
la formación profesional de los trabajadores y en su proyección hacia el 2020
continúa fortaleciendo y posicionándose como un verdadero polo de
educación acorde con las necesidades reales de la región.
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