miércoles, 4 de diciembre de 2013

CARACTERIZACIÓN DE LA EMPRESA
Presentación y Reseña Histórica
El SENA es una institución pública colombiana encargada de la enseñanza de programas técnicos, tecnológicos y formación complementaria. Entidad que opera a nivel nacional.
El SENA, actualmente cuenta con 117 centros de formación profesional en toda Colombia. Algunos de los servicios que presta son:
·                     Formación Profesional Integral (Formación Titulada de Técnicos, Profesionales y Tecnólogos y Formación Complementaria).
·                     Integración con la Educación Media Técnica.
·                     Aulas móviles.
·                     Programa Jóvenes Rurales y Jóvenes en Acción.
·                     Formación Virtual.
·                     Intermediación laboral: Servicio público de empleo y trabajo -SPE.
·                     Programa Líderes del Desarrollo.
·                     Emprendimiento y Empresarismo.
·                     Promoción de la Innovación, el Desarrollo Tecnológico y el emprendimiento.
·                     Banca de las Oportunidades.
·                     Apoyos de Sostenimiento para los aprendices de más bajos ingresos.
·                     Fondo Emprender.
·                     Unidades de Emprendimiento.
·                     Red Tecnoparque Colombia.
·                     Programa: Colombia Certifica, que Evalúa y Certifica las Competencias Laborales.
·                     Formación Especializada del Talento Humano vinculado a las Empresas.
·                     Administración de las Mesas Sectoriales.
·                     Normalización de Competencias Labores.
La amplia cobertura de los programas del SENA, se ha logrado, entre otras razones, gracias a la flexibilidad que genera la inclusión de procesos de formación en ambientes virtuales de aprendizaje (AVA) y a las alianzas con las empresas para lograr pertinencia y anticipación a sus necesidades.


Historia
Transcurría el año 1957 cuando Rodolfo Martínez Tono se embarcó en el sueño que se convertiría en la que sería la obra de su vida. Ese sueño, recogía, en parte, un anhelo de las clases trabajadores, quienes algunos años antes, a través de las organizaciones sociales constituidas en ese entonces, como la UTC y la CTC, plantearon la necesidad de que el país contara con un instituto de enseñanza laboral técnica, a estilo SENAI del Brasil.
En una conversación, a la orilla del lago Leman, en Suiza, con Francis Blanchard, director de la División de Formación, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se planteó la posibilidad de crear una organización descentralizada del Estado y con financiación autónoma. El proyecto tomó forma en la mente de Martínez, quien lo expuso ante el entonces Ministro de Trabajo, Raimundo Emiliani Román.
La iniciativa, defendida en un intenso debate ante el Consejo de Ministros y revisada por un comité asesor, fue aprobada.
Así, el SENA nació durante el Gobierno de la Junta Militar, posterior a la renuncia del General Gustavo Rojas Pinilla, mediante el Decreto-Ley 118, del 21 de junio de 1957.
Sus funciones, definidas en el Decreto 164 del 6 de agosto de 1957, eran brindar formación profesional a los trabajadores, jóvenes y adultos de la industria, el comercio, la agricultura, la minería y la ganadería.
Así mismo, su fin era proporcionar instrucción técnica al empleado, formación acelerada para los adultos y ayudarles a los empleadores y trabajadores a establecer un sistema nacional de aprendizaje.
Además, organizar y mantener la enseñanza teórica y práctica relacionada con diferentes oficios; seleccionar los candidatos al aprendizaje; realizar cursos complementarios de preparación, perfeccionamiento y adiestramiento para trabajadores técnicos; y contribuir con el desarrollo de investigaciones relacionadas con la organización científica, entre otras.
La entidad tripartita, en la cual participarían trabajadores, empleadores y Gobierno, se llamó Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y surgió en el momento indicado. La industria pretendía conquistar nuevos mercados y necesitaba más trabajadores y mejor calificados, métodos modernos y cambios drásticos en la productividad.
El nombre, SENA, lo escogió Martínez Tono, quien admiraba el río Sena que cruza a París, la ciudad luz, capital de Francia, donde estudió aspectos relacionados con la formación profesional.
Antes de cumplir 30 años, Rodolfo Martínez, convirtió su tesis de grado, "La Formación Profesional en el Marco de una Política de Empleo", en el SENA, institución a la cual estuvo vinculado durante 17 años, desde su creación en 1957, hasta el cambio de dirección propuesto por el presidente Alfonso López Michelsen en 1974.
Estaba convencido de que sin capacitación del talento humano no habría desarrollo. Por eso aprovechó las becas de la O.I.T. para conocer las experiencias en formación profesional acelerada implementadas en Europa después de la Segunda Guerra Mundial y el apoyo de ese organismo con expertos que vinieron a Colombia.
La institución que Rodolfo Martínez Tono dirigió con “mano dura” y manteniendo a raya la politiquería, ofreció instrucción calificada al talento humano para enfrentar los retos propios de una industria en crecimiento. Por ello, desde el principio, su influencia fue notoria.
La naciente entidad no solo formaba técnicos, sino también empresarios y promovía las pequeñas y medianas empresas.
LOS COMIENZOS: En 1957 Organizaciones sindicales como la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) y la Unión de Trabajadores de Colombia (UTC), respaldaron al SENA para que cumpliera un papel fundamental en el desarrollo del país.
Durante los primeros meses se establecieron las estructuras seccionales en los diversos departamentos. Ese año también nacieron las seccionales de Cundinamarca, Antioquia, Valle, Atlántico, Bolívar, Nariño, Cauca y Magdalena.
Los departamentos restantes tuvieron sus seccionales al siguiente año.

En 1958 se realizó una investigación, en cinco mil empresas de todos los departamentos, excepto Chocó y Córdoba, acerca de las necesidades de Formación Profesional. El estudio abarcó todos los sectores de la industria y reveló que al menos 210 mil trabajadores requerían complementar su educación y urgía la formación de 25 mil trabajadores adicionales. Con base en esos resultados se fijó el plan quinquenal, 1959-1963.
FORTALECIMIENTO Y EXPANSION: Capacitar al mayor número de personas era la consigna. Por ello, los instructores visitaron comunidades marginadas en el barrio Meissen, en Bogotá y levantaron más de 100 carpas de circos en ciudades y municipios.
En 1960 el SENA firmó convenios con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo Especial de las Naciones Unidas, que brindaron asesoría administrativa, financiera y técnica a los pequeños y medianos empresarios y promovieron el crecimiento empresarial.
La OIT también asesoró al SENA en la creación del Centro Nacional de Formación de Instructores (1959-1960). Unas 2.000 personas se capacitaron como directivos, supervisores e instructores de formación profesional.
Entre 1959 y 1963 el progreso fue notable. Se destacó la seriedad en la elección de los funcionarios, que ingresaban a la entidad por concurso.
Entre 1963 y 1964 abrieron sus puertas dos nuevos centros para la formación de instructores agropecuarios y del sector comercio y servicios en Gaira (Magdalena) y Bogotá, respectivamente. El centro de formación de instructores agropecuarios fue trasladado posteriormente al Centro Agropecuario de El Espinal (Tolima).
El SENA trabajó con adultos, veló por el agro, el comercio y los servicios. Sin embargo, el renglón industrial era el más fuerte. El primer centro de formación fue el Metalmecánica, en Bogotá.
Hasta 1964 la unidad operativa del SENA fue la seccional Bogotá. Ese año funcionó el Centro Nacional de Confecciones en Pereira y en 1965 el Centro Nacional Textil de Medellín. Se proyectaron los centros nacionales de artes gráficas, de fundición para Bogotá y el náutico pesquero para la Costa Pacífica, que operarían entre 1968 y 1969. Otros centros nacionales planeados y construidos, posteriormente, fueron el de hotelería y turismo, el de mandos medios y el de construcción, en Bogotá.
Entre 1966 y 1967, el SENA realizó un estudio llamado Investigación de Recursos Humanos para una Política Nacional de Empleo y Formación Profesional que incluyó todos los sectores. Los resultados se publicaron en 1968 y fueron el punto de partida para responder mejor a la demanda de las empresas.
En la década de los sesenta los centros de formación pasaron de 31 a 50; la formación no tradicional, fuera de los centros, representó el 35% del total y se crearon los centros agropecuarios y la División Agropecuaria. De éstos, los más importantes eran La Salada, Antioquia; Gaira, Magdalena; El Espinal, Tolima y Buga, Valle.
En este período el número de alumnos se incrementó 40% cada año debido al incremento de los aportes de la empresa privada, que pasaron de 1 a 2% con la Ley 58 de 1963, y a los mecanismos de planeación de acciones, evaluación y control de resultados del SENA.
Vientos nuevos soplaron en la entidad. En 1968 se crearon dos subdirecciones nacionales: la Administrativa y la de Operaciones y se planteó la necesidad de modernizar los sistemas de formación profesional con métodos pedagógicos y medios audiovisuales.
La institución inauguró el Centro de Control Experimental, en Bogotá, con modernos equipos, laboratorios de control de calidad, metrología y ensayos.
También, incursionó en la formación de técnicos medios.
El 2 de marzo de 1969 comenzaron los primeros cursos de aprendizaje industrial, con 130 trabajadores-alumnos patrocinados por 27 empresas, en electricidad, soldadura, ebanistería, mecánica automotriz y ajuste.
CRECIMIENTO ACELERADO: Un año después, el 10 de abril de 1970, se puso en marcha el Programa de Promoción Profesional Urbana y el de Promoción Profesional Popular Rural (PPPR), inaugurado antes, recibió un impulso importante. Los programas rurales fueron asignados a la división agropecuaria y los urbanos a la industria.

El SENA crecía a un ritmo impresionante, pero no exento de dificultades. La situación laboral era tensa entre 1970 y 1971. Durante el Gobierno de Carlos Lleras Restrepo el 90% de los funcionarios del SENA fueron declarados empleados públicos y el 10% oficiales. Por eso, en 1971 se fundó el Sindicato de Empleados Públicos (Sindesena).
Entre 1969 y 1973 se propuso atender las demandas de formación de desempleados y subempleados en las áreas urbanas y definió nuevas políticas y perspectivas que se hicieron efectivas en 1974.
Ese año Rodolfo Martínez Tono, quien dirigió la entidad desde 1957, fue reemplazado por Eduardo Gaitán Durán, nombrado por el presidente Alfonso López Michelsen.
Martínez Tono dejó un legado invaluable. La formación era actualizada y los comités empresariales permitían conocer, de primera mano, las exigencias del sector privado.
Así, la entidad alcanzó un prestigio internacional sin precedentes. Presidentes de distintos países llegaron a Colombia para observar la experiencia del SENA. Charles De Gaulle, de Francia, fue uno de ellos.
COBERTURA Y MODERNIZACION: Entre 1975 y 1976 el SENA evaluó el cumplimento de objetivos del quinquenio 1970-1975 y, paralelamente, realizó un diagnóstico de la realidad nacional para delimitar sus acciones.

En 1977 se llevó a cabo una reestructuración administrativa. Las metas para el período 1976-1980 fueron fijadas a corto y mediano plazo. En esa época Colombia experimentó un crecimiento sostenido en sectores modernos de la economía, la industria manufacturera, la agricultura industrial, el comercio y los servicios.
En la década de los 80 El SENA implementó una política técnico-pedagógica de educación permanente, individualizada y modular, lo cual facilitó el desarrollo de estrategias como la constitución de empresas y la educación a distancia.

FORMACION INTEGRAL E INNOVACIÓN: En 1985 surgió Capacitación para la Participación Campesina (Capaca), dirigida a líderes campesinos, indígenas y comunidades beneficiarias de la Reforma Agraria, con el fin de que tomaran parte en el desarrollo agropecuario.
Por una alianza con la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). Los campesinos recibieron instrucción en técnicas de producción y proyectos que dieron valor agregado a sus productos en un mercado cada vez más globalizado.
En la década de los 90 la internacionalización de la economía incrementó la competencia empresarial. De ahí la necesidad de expedir la Ley 119 de 1994 mediante la cual la institución se reestructuró para brindar programas de formación profesional integral en todas las áreas económicas. El objetivo: aumentar la productividad y el desarrollo social y económico.
Posteriormente, en el Plan de Desarrollo de 2003 se incluyó un artículo, por el cual Colciencias y el Sena, a través de convenios especiales de cooperación, promoverán y fomentarán la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico, la apropiación pública de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Los beneficios son evidentes. Cada vez más centros de formación de la institución se interesan por participar en proyectos de alianza con centros de desarrollo tecnológico y universidades que promueven y desarrollan la innovación y el desarrollo tecnológico regional.
RETOS DE FIN DE SIGLO: El final de siglo se caracterizó por una nueva organización del trabajo con producción flexible. Las empresas necesitan empleados con múltiples competencias, novedosos enfoques de gestión y formación del recurso humano.
En respuesta, el SENA, cuya gestión no estuvo exenta de críticas por aquella época, priorizó el emprendimiento, el empresarismo, la innovación tecnológica, la cultura de calidad, la normalización, la certificación de competencias laborales y el servicio público de empleo.
En 1998 se utilizó el servicio de videoconferencias en todo el país. Cuatro años después existían 31 puntos: cuatro en Bogotá y los demás en Medellín, Atlántico y otras regionales.

CONOCIMIENTO PARA TODOS LOS COLOMBIANOS: El SENA Busca la capacitación técnica del recurso humano; forma personas para vincularlas al mercado laboral, empleadas o subempleadas, y realiza actividades de desarrollo empresarial, comunitario y tecnológico.
La oferta regular para técnicos, tecnólogos y trabajadores especializados incluye 522 programas y tiene 56 mesas sectoriales, conformadas por empresarios de diversos sectores de la producción que, junto con los expertos de la institución diseñan los programas.
Durante estos 50 años el SENA se ha consolidado como una entidad de Formación Profesional y extendió sus servicios a todos los municipios de Colombia mediante alianzas estratégicas con alcaldes y gobernadores.
Actualmente, llega a los 1099 municipios, incluso a los más alejados, con una red corporativa de comunicaciones que comprende la Dirección General, 33 Regionales, 117 Centros de Formación Profesional y 45 aulas móviles con acceso a INTERNET, el cual se brinda con más de 15.000 computadores conectados.
El SENA es pionero en cooperación en América Latina. El Instituto de Formación Profesional (Infop) de Honduras, el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap) de Guatemala, el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (Ince) de Venezuela, la Fundación Nacional para la Capacitación Laboral (Infocal) de Bolivia, el Instituto Nacional de Formación Técnica Profesional (Infotep) de República Dominicana, el Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial (Senati) de Perú y el Servicio Ecuatoriano de Capacitación (SECAP) de Ecuador, reciben asesoría presencial en el desarrollo de los sistemas de formación profesional.

A TONO CON LA GLOBALIZACIÓN Y LA ERA DIGITAL: Bajo el lema: “SENA: Conocimiento para todos los colombianos. Por medio de la utilización intensiva de su capacidad instalada; la reorientación decidida de las inversiones hacia los procesos de aprendizaje y del talento humano, que constituyen la razón de ser del SENA; la dedicación exclusiva de los instructores a los procesos de aprendizaje; la supresión de burocracia innecesaria; el control a la construcción de edificios nuevos y la adquisición de equipos industriales innecesarios, constituyen parte de las estrategias que le han permitido a la entidad celebrar, completamente rediseñada, sus primeros 50 años.


El Centro Agropecuario de Buga

Para el año de 1960, el SENA instituyó la División Agropecuaria, encargada de planear y estructurar acciones encaminadas a dar respuesta a las diferentes  necesidades que se presentaban en  la agroindustria  y en el sector agropecuario del departamento del Valle del Cauca que,  para esa época,  alcanzaban un gran desarrollo productivo.

Su sede funcionó inicialmente en el edificio de la Beneficencia del Valle y en 1962 se trasladó al Centro Industrial en Salómia. En 1964 se instaló en Palmira y desde allí se realizaron los estudios para la adquisición de los terrenos necesarios para construir la sede de un Centro Agropecuario para el Valle del Cauca.
En 1965 y después de descartar terrenos en Palmira y Tuluá, se escogió a Buga como sede, gracias a importantes ventajas como su posición estratégica y su activa participación agropecuaria. Para ello se adquirió un lote de terreno de 84.6 hectáreas, ubicado en un sector estratégico de la ciudad.
Rápidamente se adecuaron los terrenos, se adelantaron las obras civiles y se construyó la infraestructura necesaria para colocar en funcionamiento el centro, que fue dotado con aulas, dormitorios, almacén, talleres, galpones, bloques para oficinas, espacios de recreación y canchas deportivas, entre otros, con un costo total de 15 millones de pesos.

Con la asistencia de Carlos Alberto Lleras Restrepo, Presidente de la Republica de Colombia, fue inaugurado el Centro Agropecuario de Buga el día 4 de noviembre de 1967.
Desde su inauguración, el CAB adquirió prestigio gracias a la calidad de la educación ofrecida, pero fue a raíz de la creación del Centro de Mecanización Agrícola, (Convenio FAO-SENA-MASSEY) que el Centro Agropecuario de Buga fue reconocido a nivel internacional.

Para el año de 1971 se ampliaron las acciones y los modos de formación, implementándose en el CAB el programa de Comercio y Servicios que igualmente colocó al CAB a la vanguardia de la formación profesional en el departamento del Valle del Cauca.

Paulatinamente, las empresas de la región, especialmente los ingenios azucareros, adquirieron maquinarias agrícolas que incluían paquetes de capacitación, mantenimiento y reparación de las mismas, haciendo que el CAB perdiera liderazgo en esta labor que lo había consolidado por muchos años en el sector agropecuario.



El Centro Agropecuario de Buga hoy
Para los años 80, considerando el potencial de desarrollo que la agroindustria  tiene en la región, el Centro Agropecuario replanteó  su esquema de formación gestando  el proyecto del Complejo Piloto Agroindustrial , en donde se construyeron plantas de procesamiento  de frutas y hortalizas, lácteos, cárnicos, panificación y un laboratorio de control de calidad de alimentos. Actualmente  se está implementando la Escuela de dulcería y confitería, liderada por el SENA y apoyada por las grandes empresas de la región y gremios de la producción como la ANDI y del centro del país.

Aunque el CAB se ha posicionado  en el procesamiento agroindustrial,  aún continúan desarrollándose programas innovadores en la parte agrícola, que ha modernizado su oferta, haciendo necesaria la implementación de nuevos cursos, como el de Agricultura de Precisión. Actualmente se encuentra en convocatoria  la consecución de equipos para el laboratorio de suelos. La pretensión en adelante es desarrollar la agricultura orgánica en todos los aspectos para poder tener un efecto real en toda la cadena de alimentos desde el sector primario: alistamiento de terrenos, establecimiento de cultvos, mantenimiento de cultivo, cosecha y postcosecha  estarán encadenados en una línea limpia para finalmente procesar, conservar  y ofrecer un producto con sello verde certificado, exigido por las normas internacionales y los TLC como requisitos en la exportación de alimentos.

En el área de  Comercio y Servicios,  el CAB continua fortaleciendo la formación profesional en Logística, debido al TLC y lo que implica el traslado de carga desde y hacia Buenaventura, y con la  proyección futura de la ciudad como puerto seco se espera desarrollar formación profesional  en comercio internacional. Actualmente se siguen desarrollando carreras tecnológicas y cursos en servicios empresariales financieros, gestión comercial, gestión empresarial, contabilidad , gestión administrativa, gestión comercial y de servicios, análisis y diseños de Sistemas de información,  producción de multimedia, Gastronomía, Bar y mesa, mantenimiento de computadores y administración de redes computo.

En el área de Salud Ocupacional, el CAB ha logrado un reconocimiento nacional y se ha fortalecido el  entrenamiento de Brigadas de Seguridad Industrial. El Centro posee dentro de sus instalaciones dos torres de 12 metros y dos torres de 25 metros para capacitación de trabajo en alturas, construidas con todos los estándares internacionales para la formación de las personas que requieran de esta especialidad. Igualmente cuenta con una de las mejores pistas de obstáculos del país.

Como apoyo al fortalecimiento de la región, El CAB adicionó la gastronomía, una especialización que se ha consolidado al punto de ofrecer programas complementarios relacionados, como mesa y bar, hotelería y turismo, guía turística, entre otros, como respuesta al incremento del turismo en la ciudad y la zona de influencia turística del departamento.

Otro aspecto destacado del CAB es el desarrollo de El Proyecto SENA – Empresa, un modelo nacional  consistente en la simulación de un ambiente laboral casi real, en donde los aprendices asumen roles gerenciales, asumiendo operaciones y tomando decisiones en dirección, planificación y adquiriendo el liderazgo necesario para tomar en adelante  grandes decisiones.

EL CAB: Presente y  futuro.
Actualmente cerca de1400 aprendices adelantan procesos de formación profesional dentro de las instalaciones del centro y aproximadamente otras 2000 personas lo hacen a través de cursos dictados por los instructores del CAB en diferentes municipios del departamento, dando así respuesta a su misión institucional y ofertando programas acordes a las necesidades propias de la región. Al respecto, Leonardo Tafur Calderón Subdirector del Centro Agropecuario afirmó que:  “El CAB viene demostrando que es el polo de desarrollo del centro geográfico del Valle Cauca. Tenemos una ubicación privilegiada y cubrimos casi el 80% de todo el territorio departamental en acciones de formación tanto tituladas como complementarias”.
Con una cobertura de 8500 bachilleres de 22 municipios del departamento del Valle, inscritos en programas de articulación con la educación media, en formación como técnicos, el Centro Agropecuario de Buga brinda la oportunidad para que los estudiantes de 10 y 11 grados reciban su diploma como técnicos del SENA en las especialidades que cada una de las 75 Instituciones Educativas participantes posee. Para el 2013 se espera ampliar este programa a 24 municipios del departamento y aumentar el cupo de estudiantes a 10.000.
Así pues, el CAB continúa un proceso constante de transformación y renovación para la formación profesional de los trabajadores y en su proyección hacia el 2020 continúa fortaleciendo y  posicionándose como un verdadero polo de educación acorde con las necesidades reales de la región.


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